Emilín Montani se sintió despojado de sus intentos. Y con razón. Le robaron la meta justo en los arrebatos de la primera clasificación oficial que podría haber conseguido ADO para la etapa nacional de Copa Perú. Era la primera participación copera de la escuadra adista. El cuchillo que él tenía entre sus dientes, fue el mismo que tuvo el Santa Rosa pucallpino que lo utilizó para bajar las aspiraciones al ADO; dicho sea de paso un equipo frágil –el iquiteño- que vendió su muerte a precio muy caro. La diferencia estuvo en el manejo del balón, pero fundamentalmente en el oportunismo autoaprovechado de Edinio López quien definió con el tono brilloso de los ojos de los asesinos de las redes: los goleadores. La fuerza para disputar las pelotas divididas, las ganas de ganar fueron el sinónimo del cuchillo que anduvo en La boca de los ucayalinos. Cierto los chicos de Pucallpa manejaron más tiempo el balón, cada uno hacia lo suyo, ellos buscaban el gol en desesperación y ADO la sorpresa en el contragolpe.
El portero Benito Mendoza, aun en una tarde terrenal, abrazó a sus compañeros antes de jugar. Habló a un par de pichones como los delanteros Villacorta y Luis López. Le pidió a Antonio Cartagena que lo ayudara en jugadas desde las banderillas de esquina, que desbordará por las alas. Esas son las de un líder y Santa Rosa tuvo varios como el. Aunque todos sumidos en el caótico deseo de ganar o ganar para seguir vivos en
El gol llega los 26 del final, a través de buen remate del centro que lanza Roy Lazo que deja solo a Edinio López quien aplica un testazo de arriba hacia abajo con golpe en el piso que resta cualquier opción del buen guardaredes loretano, Gino Pinedo.
ADO se despide de esta etapa con mucho orgullo, ya que dejó todo en el campo, mostrando el pundonor que lo ha caracterizado. Criticado en el partido anterior porque defendió el honor y salvó su presentación con un empate ante el Tecnológico. Emilio Montani sacó a relucir lo que muchos y los más enterados reconocen en él, que es el mejor entrenador y estratega que tiene Loreto. Es para recordar en este paso que su plantilla titular –la del campeonato de la liga- conformado por casi 10 hombres de la capital se fueron y dejaron al aire todo un esquema y su planeamiento. Emilín apostador de sus retos optó por los jóvenes valores que tiene en sus filas y los amalgamó con la experiencia del único capitalino que quedó, Amador Monteverde, para luchar heroicamente hasta el final por el ADO, aunque eliminado pero honrado con los resultados y por el juego cargado de coraje en sus partidos de visita sobre el césped pucallpino.
Lo que queda son los sentimientos encontrados: contento pero no feliz por no haber logrado la clasificación a la que solamente acarició. Lo que siente ahora es la satisfacción que lo dejaron todo y nunca arrugaron.